Es no tener la capacidad de detenerse al momento de jugar sin importar los resultados de las apuestas realizadas.
Para la gran mayoría de las personas visitar un casino de juego es una experiencia agradable, ya que apuestan de forma responsable y comprenden que el juego es una alternativa más dentro de la industria de la entretención.
Sin embargo, para una pequeña parte de los jugadores o las jugadoras puede ser un problema. Es lo que las asociaciones médicas y de psicología llaman “juego problemático”, “juego compulsivo” o “juego patológico” para referirse a la incapacidad de controlar la cantidad de dinero o la frecuencia del juego de manera que las personas se producen daño a sí mismas, a otros, o a la comunidad en que viven.
El juego problemático no es una patología asociada exclusivamente a los casinos de juegos, pues puede afectar a todas las actividades vinculadas con apuestas, como las carreras de caballo, los pronósticos deportivos y los juegos de azar en general.